La vuelta al mundo en 80 días: Argentina

A las 9 de la mañana del sábado 11 de marzo cogí un autobús en Santiago de Chile para cruzar la cordillera de Los Andes y llegar a Mendoza unas ocho horas después, previo paso por el control de pasaportes en lo alto de la montaña, empezando así mis 15 días de aventuras por Argentina.

Mendoza

¡Gallego quédate!

Aunque no llegué a subir hasta La Rioja argentina, lo cual queda pendiente para otro viaje, Mendoza es tierra de vinos y por lo tanto fue una parada obligada en mi ruta.

Con mi tocayo Pablo, un couchsurfer, recorrí la ciudad y los alrededores, visitando también el estadio de Godoy Cruz, comiendo asado (en restaurante) y tomando unas cuantas cervezas.

Mientras que por mi cuenta fui al barrio de Maipú, donde se encuentran todas las bodegas, para degustar los vinos de Bodegas López y la Antigua Bodega Giol.

Córdoba

Bebiendo mate

El lunes por la noche me dirigí en un bus cama a Córdoba y por primera vez en todo el viaje (y en casi seis años) me alojé usando CouchSurfing.

Fue de nuevo una experiencia genial y una verdadera inmersión cultural. Debo, mi host, me hizo sentir como en casa pero además me llevó a comer milanesa, empanadas, y a beber mate en el parque con sus amigas, disfrutando como un estudiante más en esta coqueta ciudad universitaria.

Buenos Aires

Despedida de pitufos

Otro bus cama me trasladó el jueves por la noche a Buenos Aires, donde me alquilé un apartamento en el barrio de San Telmo para pasar diez días descubriendo una ciudad que llevaba mucho tiempo en mi lista de destinos.

Coincidió que mi amigo Fede andaba por allí, y no sólo celebramos su cumpleaños, si no que días después sus amigos le organizaron la despedida de soltero. Así que él vestido de pija y los demás de pitufos (con el cuerpo pintado de azul), desfilamos por la ciudad e incluso jugamos al fútbol junto al Obelisco, despertando las risas y admiraciones de los paseantes.

Plaza de Mayo desde la Casa Rosada

Mi visita coincidió también con el Día Nacional de los Monumentos lo que me valió para visitar por dentro la Casa Rosada, además de la Fragata Sarmiento y la Corbeta Uruguay en el Puerto Madero. Aunque el edificio que más me impactó fue el Centro Cultural Kirchner situado en el antiguo Palacio de Correos.

Casualmente estaba también por allí el 24 de marzo cuando se recuerda el inicio de la dictadura militar y miles de personas marchan hasta la Plaza de Mayo, en una mezcla de fiesta y protesta, acrecentada este año contra Macri, pero aderezada con asados y cervezas.

La Bomba de Tiempo

Y si fueran pocas las coincidencias mi apartamento estaba a escasos metro del Centro Riojano Buenos Aires, por lo que no pude pasar sin entrar a comer un día al restaurante Rioja, aunque el único riojano era el dueño y no estaba presente.

Durante todos esos días tuve tiempo de recorrer buena parte de la ciudad, disfrutar de la gastronomía argentina, aficionarme a los sandwiches de miga e incluso caminar (y salir) de noche, pese a las numerosas advertencias de peligro que recibí por parte de casi todos los argentinos que conocí en mi viaje.

Feria de San Telmo

Aunque la mayor parte del tiempo la pasé en San Telmo donde se encuentra una de mis tascas favoritas, que me salvó del hambre varias noches. El Federal es uno de los bares notables de la ciudad y el más antiguo en funcionamiento, con una espectacular barra  de madera y un ambiente viejuno que te hace regresar.

El barrio tiene además uno de los mercados más famosos de Buenos Aires, con una mezcla de puestos de comida y anticuarios, que los domingos se extiende por las calles aledañas en lo que se conoce como la Feria de San Telmo.

Barrios futboleros

Estadio Diego Armando Maradona

No podía despedirme sin hablar del fútbol, y es que Buenos Aires es fútbol con un estadio en cada barrio; pero a la vez el deporte rey fue para mi la mayor decepción del viaje al quedarme sin ver un gran partido.

Acercarte a La Bombonera es sentir el fútbol auténtico, la pasión por tu equipo, ver a las barras llegando en los micros, los asados, las cervezas y la grada botando horas antes de que empiece el partido. Y ese ambiente me nubló la razón y acabé comprando una entrada para el Boca – Talleres a un miembro de La Doce, pero resultó ser «trucha» y me quedé a las puertas del mítico estadio.

Atlanta 1 – 0 Morón

Tras el disgusto del domingo fui mucho más cauteloso el jueves intentando conseguir una entrada para el Argentina – Chile en los alrededores del Monumental, pero las malas pintas de los revendedores, las entradas trucha y la policía, me hicieron desistir en mi intento de ver a Messi marcar una penalti que los acercó un poquito más al Mundial de Rusia.

Aunque no me fui sin ver fútbol y gracias a Juan Martin, otro couchsurfer, fui al  Estadio Don León Kolbovski en Villa Crespo para ver el Atlanta – Morón, primero y segundo en ese momento de la Primera B Metropolitana, la tercera división del fútbol argentino. Pese a ser un martes hubo buen ambiente y Los Bohemios acabaron imponiéndose por 1 a 0 en el descuento, aunque a la postre fue Morón el vencedor del campeonato.

La Bombonera

Pese a que no suelo hacer tours de estadios, ya que me gusta verlos llenos, la posibilidad de visitar cinco campos en un día me hizo apuntarme a la visita guiada Barrios Futboleros.

A las 10 de la mañana nos juntamos unos cuantos fanáticos en un pequeño micro para recorrer la ciudad. La primera parada nos llevó al barrio de La Boca y pese a la decepción del domingo, la visita al museo fue el premio de consolación. Y aún vacía, las gradas de La Bombonera imponen.

La siguiente parada fue en el estadio de Huracán, conocida como El Palacio; y es que es una auténtica maravilla, tanto por sus interiores de mármol y los vestuarios con taquillas de madera y un sabor añejo, como por la especie de torre que preside la grada. Pero la mejor sorpresa fue poder pisar el césped libremente.

Después de comer pisamos también el césped en el moderno estadio de San Lorenzo de Almagro; y este estadio tiene guasa ya que por problemas económicos tuvieron que deshacerse del Viejo Gasómetro, y en su lugar hay un Carrefour; motivo de mofa para el resto de hinchadas argentinas.

Nuevo Gasómetro

La visita más entrañable fue al estadio de Argentinos Juniors, ya que el museo fue creado por los hinchas, y es uno de ellos el que te lo enseña con toda la pasión. Pero es además cuna de su hijo predilecto, Diego Armando Maradona, que le da también nombre al campo.

Por último visitamos El Monumental aunque me salté la visita al museo, cansado ya de todo el día, pero contento de, por una vez, haber elegido visitar los estadios vacíos y conocer un poco más su historia.

Conclusión

Lo mejor de Argentina fue su gente, y el mayor acierto volver a usar CouchSurfing después de tanto tiempo. Ahora sí, tras cruzarla de Oeste a Este, me queda pendiente volver para recorrerla de Norte a Sur.

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