Podía haber terminado mi vuelta al mundo en Buenos Aires, pero no pude dejar pasar la oportunidad de cruzar en barco el Río de la Plata y pasar mis últimas tres noches en Uruguay.

El ferry de Colonia Express me llevó en poco más de una hora hasta la Colonia del Sacramento, una ciudad preciosa que es Patrimonio de la Humanidad gracias a la arquitectura de su casco histórico.
Así que aproveché las cuatro horas que tenía para recorrer sus calles empedradas, disfrutar de la brisa junto al faro y comer antes de coger mi autobús a la capital, Montevideo.
Acostumbrado a los horarios argentinos, no se me hizo raro que en Montevideo fuese normal cenar después de las 11 de la noche, lo que me sirvió para ver el Perú – Uruguay a medianoche degustando un exquisito entrecote.
A parte de comer también tuve tiempo de visitar la ciudad, principalmente la Plaza de Independencia y la Ciudad Vieja, aunque cuanto más me alejaba de la plaza más «sucio» se veía. En cambio, la zona de playa está mucho más cuidada y aparenta más seguridad.
Conclusión
Aunque tres días no son suficientes para conocer un país, mi estancia fue una buena toma de contacto y un final feliz antes de poner rumbo a Ámsterdam finalizando mis 80 días de viaje alrededor del mundo, que fueron, sin duda, el viaje de mi vida.