Vacaciones en Croacia

Para terminar el verano Júlia y yo nos fuimos de viaje a Croacia, celebrando así un año desde que empezamos a viajar juntos con el viaje por carreteras eslovacas. Aprovechando que el 29 de agosto los eslovacos celebran el levantamiento contra las tropas nazis y el 1 de septiembre el Día de la Constitución, nos juntamos con cuatro días de fiesta para disfrutar de las playas croatas.

Krk

Stara Baška, Krk, CroatiaPara esta excursión elegimos la isla de Krk, situada a unas seis horas en coche desde Bratislava. A la isla se accede a través del Puente Krk, construido en 1980. Y aunque entrar el viernes fue fácil, salir el lunes costó más de lo esperado a causa del viento que provocó un atasco de más de una hora y además impedía cruzar el puente a motocicletas, autobuses y caravanas.

GoPro, Stara Baška, Krk, CroatiaNuestra base la montamos en Baška, el pueblo con la playa más larga de la isla, de 1.8 km de longitud, donde pasamos la primera tarde. Para el sábado buscamos algo con menos gente y fuimos a una cala de agua transparente situada entre las poblaciones de Punat y Stara Baška, dejando el coche aparcado en la carretera.

Stara Baška, Krk, CroatiaPese a ser una playa de difícil acceso una señora tenía montado su chiringuito de alquiler de tumbonas y sombrillas; así que tras el paso por caja no podíamos pedir más tostándonos al sol. El problema estuvo con mi mala cabeza cuando descubrí, después de cuatro baños en el mar, que me había dejado las llaves del coche dentro del bolsillo del bañador.

Krk, CroatiaSubimos al coche con la esperanza de que arrancase pero no fue así. Tuvimos que llamar a Budget en Eslovaquia; después nos llamaron de Škoda en la República Checa; y finalmente hablamos con el servicio de asistencia en carretera croata que mando a Atila con su furgoneta amarilla. Entre bromas abrió la llave, la limpió y después de dos horas y media de espera pudimos volver a conducir el coche.

DSC09687Pusimos rumbo a la capital Krk, donde en plena plaza principal nos comimos dos copas de helado en la Caffettaria XVIII. Después callejeamos entre los edificios de piedra blanca y el domingo lo volvimos a pasar en la playa de Baška, tumbados al sol en una cama y despidiéndonos de la playa con la bebida de moda este verano, el Aperol Spritz.

Gastronomía

Pero si por algo destacó este viaje además de por la playa, es por la gastronomía croata basada en el marisco y el pescado.

Ribice i Tri Točkice, Zagreb, CroatiaEl jueves por la noche paramos a dormir en Zagreb, para así rendir visita a uno de mis restaurantes favoritos en el mundo, el Ribice i Tri Točkice donde me siento como en casa. Pedimos como entrante unos espectaculares calamares rebozados para seguir con el pescado fresco, caballa para mi y lubina para Júlia.

Caffettaria XVIII., Krk, CroatiaUna vez en Baška decidimos probar cada día un restaurante diferente. El viernes comimos enormes porciones de calamares fritos, mejillones a la Busara y ensalada de pulpo en el Saloon; donde además nos invitaron a un crepe y un chupito. Para cenar elegí anchoas y risotto de marisco en el Lantino.

Šurlice, Restaurant Cicibela, Baška, Krk, CroatiaEl sábado por la noche cenamos en el más arreglado Bistro Francesca donde empezamos con gambas y rollitos de primavera para después comer atún y chipirones a la plancha. Y el domingo por la mañana por fin probé la pasta típica de la isla, una especie de gnocchi alargado llamado šurlice; los pedí con scampi después de un entrante con gambas, delicia de cangrejo y ensalada de pulpo en el restaurante Cicibela.

Bistro Francesca, Baška, CroatiaSólo el domingo por la noche nos salimos de la dieta del pescado para ir al asador Bava donde me comí un steak enorme y Júlia un plato con diversas carnes tradicionales como el ćevapčići. Culminando así toda una experiencia gastronómica en esta coqueta isla, que es la más grande del Adriatico.

Hvla lepa!

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